miércoles, 28 de octubre de 2009

FRENTE UNIDAD REVOLUCIONARIA - FUR -

Chile se acerca ha su bicentenario; la burguesía se organiza para celebrar con bombo y platillo tan magno evento, son 200 años de predomino absoluto sobre el estado nacional, permitiéndole sortear con inteligencia organizada, con unidad de clase, con golpes de estados y la represión más draconiana contra los pobres de la ciudad y el campo; todo los intento del movimiento obrero y popular para arrebatarle el poder y construir un sociedad distinta; han terminado en el más rotundo fracaso. Los liderazgos ó sus vanguardias que han buscado hegemonía sobre el mundo obrero, prometiéndole cambio al interior del estado burgués, a través de reformas sociales y económicas, ó la quimera reformista de ir adueñándose del edificio burgués en forma paulatina, pacifica, electoral, en la cual el pueblo trabajador debía solamente limitarse  hacer correa de transmisión de los partidos burgueses o de la izquierda reformista, han quedado en el más absoluto fracaso.
Los sueños de una sociedad sin clase, utopía legitima de la clase obrera, han ido dando porrazo tras porrazo, porqué por qué el pueblo trabajador siempre a depositado su confianza en organizaciones de naturaleza espuria, qué cada vez que la lucha de clase aumentaba su intensidad contra el estado burgués y sus dueños la clase patronal, estos lideres y partidos seudo revolucionario terminan traicionando a los trabajadores.
 Durante 100 años el proletariado ha confiado en los partidos electoralista sean estos de izquierda o centro derecha, pensando en forma muchas veces ingenua, qué ese era el camino para  resolver sus problemas endémico de miseria y cesantía.
 Muchas organizaciones políticas de izquierdas se han levantado como alternativas al reformismo y al revisionismo, expresando con audacia he impetuosidad, la osadía de un camino distinto en contraposición a la fatalidad de los partidos históricos del proletariado, el poder burgués, como el reformismo-revisionista han hecho pagar caro al pueblo trabajador el deseo de tomar el cielo con las manos; todo este rico proceso no ha sido en vano, los sectores más lucidos y conciente de la clase obrera han aprendido con fuego las lecciones de la historia para no cometer los mismo errores del pasado.                     
 La situación en cual vivía el pueblo trabajador hace una centuria  no ha cambiado mucho la miseria, la cesantía, la delincuencia, la falta de educación y salud, la guerra al pueblo mapuche, la represión al movimiento sindical, sigue siendo igual que en antaño; cuando Luís Emilio Recabarren escribió el libro “rico y pobre”. Los porfiados hecho nos golpean el rostro, la deferencia entre ricos y pobres es tan abismante y escandalosa, entre los que no tienen nada y los que lo tienen todo, los polos de pobreza y riqueza se mantiene en forma inalterable; desigualdad económica,  desigualdad social   por un lado, el proletariado y los  campesinos, juntos a los pobres de la ciudad  y el campo, viven en forma tan  pauperizada como hace cien años atrás, y por el otro lado en la vereda de enfrente, la burguesía, y los nuevos dueños de la tierra, viven en una opulencia jamás vista en la historia de Chile. Con la salvedad que la Burguesía criolla sigue detestando el poder político y económico en forma absoluta.
La clase media o pequeña burguesía, los “siúticos o medio pelo” como llamaban en forma despectiva y humillante la oligarquía ha esté sector arribista y desclasado,  durante esta centuria han logrado encaramarse, situarse en zona de poder he influencia al interior del aparato burocrático del Estado, obstaculizando, engañando, mintiendo  en forma nítida junto a sus partidos pequeños burgueses la labor subversiva del pueblo trabajador.
    Mientras que los de abajo, usando un vocablo colonial “el bajo pueblo” es decir el proletariado y los campesinos, en estos doscientos años de independencia, han seguido viviendo en la miseria y la esclavitud del capital explotador.         
El Chile del bicentenario nos encuentra en un proceso de atomización galopante, la incapacidad de la clase obrera de auto dotarse de un instrumento sindical clasista, como lo fue la heroica Federación obrera de Chile, ó la revolucionaria Central Unitaria de trabajadores de Chile la CUT del compañero Clotario Blest, no la del yanacona y socialista traidor del chino Martínez; La debilidad ideológica y orgánica de la clase obrera se explica, por la fuerte represión y el exterminio de los mejores cuadros sindicales y políticos en manos de la dictadura militar; por la traición y el oportunismo de los dos partidos ejes del proletariados; el dominio absoluto del pensamiento neoliberal interior de nuestra clase.
El proletariado desde el año 50 hasta la década del 70 vivió una época de toma de conciencia revolucionaria de suma importancia generando un combatividad política y una claridad ideológica que le permitió colocarse  a la cabeza de  la lucha social, económica y política y sobretodo que se planteo en forma nítida la toma del poder en pos de la construcción del socialismo, el protagonismo  obrero fue perdiendo en forma paulatina protagonismo producto de las constantes derrotas en cual lo llevaron los partidos reformista y electoreros, que viven preocupado de un puesto en el parlamento, otro factor a tomar en cuenta y que influye en la atomización del pueblo trabajador, es la actitud muchas veces incomprendidas, la falta de generosidad, la actitud sectaria, dogmática y por sobretodo por el negativismo y caciquismo de las organizaciones de la izquierda revolucionaria por generar un proceso de unidad para dotarnos de un instrumento revolucionario que nos permita levantar la conciencia de clase desarrollando  un proyecto socialista revolucionario desde abajo, para enfrentarnos a la burguesía Chilena y al imperialismo yanqui y tirar todo el lastre neoliberal al tarro de la basura  de la historia.
Nuestro proyecto político, económico, social y cultural tiene qué ser de naturaleza:
Anticapitalista.
Eminentemente clasista y revolucionario.
Sobretodo antiimperialista.
Por la unidad de los pueblos y los trabajadores desde tierra del fuego hasta Méjico, para construir los Estados Unidos de América Latina.
Impulsando una economía planificada y al servicio de los pobres de la ciudad y el campo, y no para el privilegios de algunos burócratas como paso en los fenecidos países del Socialismo real.
La unidad tiene que basarse en los postulados de la lucha de clase, llevando a la clase obrera como Una “clase en si, para transformarla en una clase para si”.   Anticapitalista y ante todo antiimperialista.
 Nuestros postulados son  clasistas. Nuestro norte tiene que ser el proletariado, el campesinado, los pobres de la ciudad y el campo  y los pueblos originarios, es donde radica nuestra fuerza y nuestro triunfo sobre la barbarie neoliberal, esté triunfo será posible siempre y cuando los llamados a resolver sus propios problemas tomen en sus manos la responsabilidad política, social, orgánica y revolucionaria,  buscando la solución a través de su    conciencia revolucionaria como clase protagonista de los cambios. 
 Los esfuerzos realizado por los promotores del Socialismo del siglo 21, por impulsar políticas de integración desde un punto de vista igualitario, federado, con una visión de igualdad entre los pueblos y los Estados; Los procesos sociales que actualmente levantan algunos países en  América latina, nos retrotraen a lo que fue el fracasado proyecto de la Unidad Popular a principios de la década del 70, por lo tanto los ideólogos del socialismo del siglo 21 deben tomar en cuenta las lecciones de la historia  para no caer en los errores de la U.P.
América Latina   caminan por un proceso de nacionalismos progresivos, los fenómenos sociales, ideológico y políticos se levantan con más fuerzas soplan vientos de transformaciones sociales, de identidad con lo nuestro, y se rescata del olvido ha un mariátegui, un “che” Guevara, un Recabarren, que nos legaron las base de sustentación ideológica y orgánica, Zapata, Sandino  “él general de hombre libres” grita con más impetuosidad fuera los yanqui de América Latina, mientras que por el otro lado los Gobierno retrógrados, neoliberales elevados a la potencia de 10, colocan piedras en el camino de la integración, el imperialismo yanqui siempre cuenta con fieles sirvientes para neutralizar todo intento de integración, Chile Y Colombia verdaderos sirvientes rastreros, lacayos al servicio del pentágono, neutralizan todo intento de unidad Americana:
Tenemos que enrostrarles a estos neoliberales degenerados, he incestuosos, que ha llegado su hora, la muerte del capitalismo explotador; que no pregunten “Porqué están doblando las campanas, por qué estando doblando por ti”

FRENTE UNIDAD REVOLUCIONARIA

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